miércoles, 25 de mayo de 2016
MI VOKI
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miércoles, 11 de mayo de 2016
6.2 La revolucion digital
La Revolución Digital, también llamada la Tercera Revolución Industrial, es el cambio de la tecnología analógica, mecánica, y electrónica, a la tecnología digital,
que comenzó entre finales de la década de 1950 a finales de la década
de 1970, con la adopción y la proliferación de las computadoras
digitales y mantenimiento de registros digitales que sigue hasta
nuestros días.1 De manera implícita, el término también se refiere a los cambios radicales provocados por la computación y la tecnología de la comunicación durante (y después) de la segunda mitad del siglo XX. Análoga a la Revolución Agrícola y la Revolución Industrial, la Revolución Digital marcó el comienzo de la Era de la información.
En el centro de esta revolución esta la producción en masa y el uso generalizado de circuitos lógicos digitales, y sus tecnologías derivadas, incluidas la computadora digital, el teléfono celular digital, e Internet.
En el centro de esta revolución esta la producción en masa y el uso generalizado de circuitos lógicos digitales, y sus tecnologías derivadas, incluidas la computadora digital, el teléfono celular digital, e Internet.
6.1 etica, ciencia y tecnologia
a relación entre ciencia, tecnología y ética puede considerarse una
relación problemática. Si bien desde hace ya varios años se multiplican
los discursos acerca de la responsabilidad social del científico y
también sobre cuestiones éticas y bioéticas –tanto en espacios
académicos como de divulgación científica–, está claro que esto no
implica necesariamente una expansión de la reflexión en torno al
desarrollo de la práctica tecnocientífica y su orientación
ético-política.
Considero que para que tal reflexión se torne efectiva es necesario,
en un primer momento, analizar los conceptos en juego. Porque no siempre
está claro qué entendemos por “ciencia”, por “tecnología” y tampoco por
“ética”, a pesar de la familiaridad que inviste a tales conceptos. Aún
más, es frecuente que la sobreabundancia en el uso de las palabras
provoque una suerte de banalización que desgasta su sentido, al punto de
convertirlas en cáscaras vacías de contenido aun cuando mantengan
intacta su contundencia retórica.
Entre los términos de moda, el de “bioética” y también el de “tecnociencia” –en especial a partir de la publicación en el año 2003 del libro de Javier Echeverría titulado La revolución tecnocientífica– han ganado un espacio interesante en cursos, publicaciones y notas en medios masivos. Ambos pueden resultar útiles a la hora de avanzar en el análisis, pero a condición de que logren escapar de la banalización señalada.
La bioética, por ejemplo, se manifiesta como recurso eficaz para enfrentar los conflictos que la tecnociencia detona, en especial en el campo de las ciencias biomédicas. Sin embargo, con frecuencia este recurso sólo alcanza para realizar un operación cosmética, en la que se regulan o “maquillan” ciertas consecuencias no deseables del desarrollo tecnocientífico. Maquillaje o “barniz” de ética que deja intactos los supuestos que arraigan en nuestras prácticas y que no estamos dispuestos a cuestionar, entre otras cosas porque eso implicaría una reconfiguración de la modalidad de producir, comunicar y aplicar el conocimiento que, en caso de modificarse, afectaría sin duda los intereses de poderosas minorías.
Ahora bien, ¿para qué este recurso a la hibridación presente en el neologismo “tecnociencia”? En primer lugar, para mostrar la improcedencia de las separaciones rígidas y dicotómicas que articulan la epistemología tradicional y que diferencian nítidamente un campo teórico de otro práctico. Mario Bunge, quien encarna el prototipo del epistemólogo “cientificista”, defiende en sus escritos tales dicotomías. Sin negar el vínculo entre ciencia y tecnología, considera Bunge en un artículo de 1983 titulado “Towards a philosophy of techonology” que la ciencia trata con lo real en tanto la tecnología se vincula con lo artificial. Por otra parte, mientras la ciencia se estructura en base a leyes objetivas que explican los fenómenos naturales acercándonos a la verdad, la tecnología se maneja con reglas que pautan mecanismos para el logro de la eficacia en un dominio dado.
Entre los términos de moda, el de “bioética” y también el de “tecnociencia” –en especial a partir de la publicación en el año 2003 del libro de Javier Echeverría titulado La revolución tecnocientífica– han ganado un espacio interesante en cursos, publicaciones y notas en medios masivos. Ambos pueden resultar útiles a la hora de avanzar en el análisis, pero a condición de que logren escapar de la banalización señalada.
La bioética, por ejemplo, se manifiesta como recurso eficaz para enfrentar los conflictos que la tecnociencia detona, en especial en el campo de las ciencias biomédicas. Sin embargo, con frecuencia este recurso sólo alcanza para realizar un operación cosmética, en la que se regulan o “maquillan” ciertas consecuencias no deseables del desarrollo tecnocientífico. Maquillaje o “barniz” de ética que deja intactos los supuestos que arraigan en nuestras prácticas y que no estamos dispuestos a cuestionar, entre otras cosas porque eso implicaría una reconfiguración de la modalidad de producir, comunicar y aplicar el conocimiento que, en caso de modificarse, afectaría sin duda los intereses de poderosas minorías.
Ahora bien, ¿para qué este recurso a la hibridación presente en el neologismo “tecnociencia”? En primer lugar, para mostrar la improcedencia de las separaciones rígidas y dicotómicas que articulan la epistemología tradicional y que diferencian nítidamente un campo teórico de otro práctico. Mario Bunge, quien encarna el prototipo del epistemólogo “cientificista”, defiende en sus escritos tales dicotomías. Sin negar el vínculo entre ciencia y tecnología, considera Bunge en un artículo de 1983 titulado “Towards a philosophy of techonology” que la ciencia trata con lo real en tanto la tecnología se vincula con lo artificial. Por otra parte, mientras la ciencia se estructura en base a leyes objetivas que explican los fenómenos naturales acercándonos a la verdad, la tecnología se maneja con reglas que pautan mecanismos para el logro de la eficacia en un dominio dado.
La ciencia y la tecnología han aportado enormes beneficios a la sociedad.
Todo el mundo es consciente de que el avance
tecnológico ha hecho posible disfrutar de la comodidad material y de la
riqueza asombrosa también.
Sin embargo, tras una investigación más profunda,
muchas personas se han dado cuenta de que estas fuerzas no han tenido
efectos ambivalentes.
También es cierto que grandes beneficios y los métodos
científicos inventados por los científicos no estan desprovistos de
influencias negativas en el planeta de alguna manera u otra.
Un ejemplo sencillo el de un automóvil para que aclare este punto.
El automóvil es un milagro de la ciencia y la
tecnología, que nos ha traído una gran comodidad en el transporte, sin
embargo, hemos encementado tierras de cultivo que son más productivos
que la simple construcción de carreteras.
Además a el uso de gas combustibles, etc se está sumando a la contaminación.
Las emisiones de dióxido de carbono también juegan un papel vital en dañar nuestra salud y el clima también.
Definitivamente tecnologías diversas como las tecnologías nucleares son promoción de la salud.
Hoy en día es posible curar el cáncer a través de tratamientos de radiación.
Sin embargo, las mismas si se utilizan para la destrucción pueden conducir a sufrimientos indescriptibles y terribles.
Muchos de ustedes pueden estar preguntándose por qué se le exige tener una formación en la ciencia y la ética de la tecnología.
Usted puede creer que usted es muy ético y conoce la diferencia entre el bien y el mal.
Uno no debe plagiar, fabricar o falsificar los datos.
Sin lugar a dudas, también usted puede considerar que
la mayor parte de su / sus colegas son muy éticos y que no hay ningún
problema ético en la investigación científica y la tecnología.
Sin embargo, no es así.
Con el avance tecnológico, diferentes dilemas éticos surgen día a día.
Es por eso que uno debe tener claro entendimiento acerca de la ética y la importancia de la ciencia y la tecnología.
Los métodos científicos y la ciencia no pueden por si mismas, indicar a lo que los seres humanos deben hacer.
Sin embargo, la “eliminación” de los valores humanos de los métodos científicos pueden sesgar los resultados.
En otras palabras, sus productos suponen que son en base a la ética.
Debido a esto, está la amplia visión de que los
avances científicos y tecnológicos debe persistir sin tener en cuenta
las implicaciones éticas en sus rendimientos.
Es esencial entender que aunque el método científico
trata de ser libre de prejuicios, los rendimientos tecnológicos de la
ciencia tienen implicaciones excelentes para la ética tanto ambiental
como social.
Claramente, sería útil contar con más datos sobre este
tema, sin embargo, hasta ahora no hay una verificación de que la
ciencia se ha convertido en punto de vista ético deshonesto.
Sin embargo, incluso si la mala conducta es rara, puede tener una influencia notable en la investigación.
Pensar en una analogía con el delito.
No hace falta que haya muchos asesinatos o violaciones en la ciudad para desgastar al sentido de confianza en la comunidad.
Lo mismo ocurre con los delitos más graves en la ciencia, es decir, la fabricación, falsificación y plagio.
Sin embargo, la mayoría de los crímenes cometidos en
la ciencia, probablemente no son equivalentes a un asesinato o
violación, sin embargo, las fechorías éticamente importante que se
clasifican por el gobierno se supone que son desviaciones.
Por otra parte, hay muchas circunstancias en la ciencia y la tecnología que son causa real de los dilemas éticos.
En definitiva, la tecnología y la ciencia es un arma de doble filo.
Es esencial entender que la ciencia y la tecnología en sí no son malas ni buenas.
Sin embargo, aunque las partes involucradas en
actividades técnicas y científicas para los interesado y con las
diversas consideraciones en su búsqueda de la ciencia y la tecnología
pueden llevar a resultados no deseados.
Es cierto que la ciencia moderna y la tecnología, como
se desarrollan, no todos actúan de acuerdo con las buenas intenciones
del ser humano.
La ciencia y la tecnología y la ética como una guía
moral para las actividades de la ciencia y la tecnología juegan un papel
importante.
La importancia de la ciencia y la ética de la tecnología no se puede negar.
Simplemente se puede garantizar que en la aplicación
de la ciencia y la tecnología sea notablemente con orientación racional y
moral, lo que disminuye el mal en razón de la aplicación de los logros
científicos y tecnológicos.
Es esencial comprender la ética y su papel en la ciencia y la tecnología.
Debe ser intrínseca la fuerza de la ética de la
ciencia y la tecnología de todo el camino a través de todo el
procedimiento de actividades científicas y tecnológicas.
Esto puede ayudar a establecer una visión correcta de la ciencia y la tecnología para el hombre y la sociedad y la convivencia.
También revelará la manera de acabar en la humanidad los elementos del mal.
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La ciencia y la tecnología han aportado enormes beneficios a la sociedad.
Todo el mundo es consciente de que el avance
tecnológico ha hecho posible disfrutar de la comodidad material y de la
riqueza asombrosa también.
Sin embargo, tras una investigación más profunda,
muchas personas se han dado cuenta de que estas fuerzas no han tenido
efectos ambivalentes.
También es cierto que grandes beneficios y los métodos
científicos inventados por los científicos no estan desprovistos de
influencias negativas en el planeta de alguna manera u otra.
Un ejemplo sencillo el de un automóvil para que aclare este punto.
El automóvil es un milagro de la ciencia y la
tecnología, que nos ha traído una gran comodidad en el transporte, sin
embargo, hemos encementado tierras de cultivo que son más productivos
que la simple construcción de carreteras.
Además a el uso de gas combustibles, etc se está sumando a la contaminación.
Las emisiones de dióxido de carbono también juegan un papel vital en dañar nuestra salud y el clima también.
Definitivamente tecnologías diversas como las tecnologías nucleares son promoción de la salud.
Hoy en día es posible curar el cáncer a través de tratamientos de radiación.
Sin embargo, las mismas si se utilizan para la destrucción pueden conducir a sufrimientos indescriptibles y terribles.
Muchos de ustedes pueden estar preguntándose por qué se le exige tener una formación en la ciencia y la ética de la tecnología.
Usted puede creer que usted es muy ético y conoce la diferencia entre el bien y el mal.
Uno no debe plagiar, fabricar o falsificar los datos.
Sin lugar a dudas, también usted puede considerar que
la mayor parte de su / sus colegas son muy éticos y que no hay ningún
problema ético en la investigación científica y la tecnología.
Sin embargo, no es así.
Con el avance tecnológico, diferentes dilemas éticos surgen día a día.
Es por eso que uno debe tener claro entendimiento acerca de la ética y la importancia de la ciencia y la tecnología.
Los métodos científicos y la ciencia no pueden por si mismas, indicar a lo que los seres humanos deben hacer.
Sin embargo, la “eliminación” de los valores humanos de los métodos científicos pueden sesgar los resultados.
En otras palabras, sus productos suponen que son en base a la ética.
Debido a esto, está la amplia visión de que los
avances científicos y tecnológicos debe persistir sin tener en cuenta
las implicaciones éticas en sus rendimientos.
Es esencial entender que aunque el método científico
trata de ser libre de prejuicios, los rendimientos tecnológicos de la
ciencia tienen implicaciones excelentes para la ética tanto ambiental
como social.
Claramente, sería útil contar con más datos sobre este
tema, sin embargo, hasta ahora no hay una verificación de que la
ciencia se ha convertido en punto de vista ético deshonesto.
Sin embargo, incluso si la mala conducta es rara, puede tener una influencia notable en la investigación.
Pensar en una analogía con el delito.
No hace falta que haya muchos asesinatos o violaciones en la ciudad para desgastar al sentido de confianza en la comunidad.
Lo mismo ocurre con los delitos más graves en la ciencia, es decir, la fabricación, falsificación y plagio.
Sin embargo, la mayoría de los crímenes cometidos en
la ciencia, probablemente no son equivalentes a un asesinato o
violación, sin embargo, las fechorías éticamente importante que se
clasifican por el gobierno se supone que son desviaciones.
Por otra parte, hay muchas circunstancias en la ciencia y la tecnología que son causa real de los dilemas éticos.
En definitiva, la tecnología y la ciencia es un arma de doble filo.
Es esencial entender que la ciencia y la tecnología en sí no son malas ni buenas.
Sin embargo, aunque las partes involucradas en
actividades técnicas y científicas para los interesado y con las
diversas consideraciones en su búsqueda de la ciencia y la tecnología
pueden llevar a resultados no deseados.
Es cierto que la ciencia moderna y la tecnología, como
se desarrollan, no todos actúan de acuerdo con las buenas intenciones
del ser humano.
La ciencia y la tecnología y la ética como una guía
moral para las actividades de la ciencia y la tecnología juegan un papel
importante.
La importancia de la ciencia y la ética de la tecnología no se puede negar.
Simplemente se puede garantizar que en la aplicación
de la ciencia y la tecnología sea notablemente con orientación racional y
moral, lo que disminuye el mal en razón de la aplicación de los logros
científicos y tecnológicos.
Es esencial comprender la ética y su papel en la ciencia y la tecnología.
Debe ser intrínseca la fuerza de la ética de la
ciencia y la tecnología de todo el camino a través de todo el
procedimiento de actividades científicas y tecnológicas.
Esto puede ayudar a establecer una visión correcta de la ciencia y la tecnología para el hombre y la sociedad y la convivencia.
También revelará la manera de acabar en la humanidad los elementos del mal.
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